El Colegio de Periodistas de Cantabria lamenta la muerte de Pablo Hojas referente indiscutible de la fotografía en Cantabria, un profesional dotado de un talento mayúsculo, de sensibilidad y bondad. “Generoso y alegre en el trabajo y en la amistad, que varias generaciones de Periodistas hemos tenido la suerte de compartir con él”, destaca la decana Olga Agüero quien, en nombre de los periodistas de Cantabria, envía un enorme y afectuoso abrazo a su familia y amigos.
Pablo Hojas es un compañero querido y respetado por todos cuyo trabajó brilló siempre con un sello propio en las redacciones donde trabajó, desde ALERTA, donde ejerció de jefe de Fotografía, hasta El País. Además, su nombre queda unido para siempre a los veranos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, donde alumbró cientos de retratos de las personalidades que han desfilado por el Palacio de la Magdalena.
A su extraordinario conocimiento de la fotografía -es el tercero de la saga familiar tras su abuelo y su padre- se unió siempre un don especial para captar una mirada propia allí donde todos los demás veían lo mismo. Así mismo, desde el Colegio de Periodistas de Cantabria destacan la escuela que creó Pablo Hojas entre los fotógrafos cántabros de varias generaciones que hoy quedan huérfanos de un referente excepcional en lo profesional y en lo personal.
En este momento del adiós corresponde destacar también el afán didáctico de Pablo Hojas, que compartía sus conocimientos y experiencias con los alumnos de los talleres de Fotografía que se desarrollaban en Polientes a lo largo de una década, y que se ha consolidado como espacio y obra mítica por la creatividad que despertó Pablo en este singular foro que ha dejado huella.
Tanto su mirada desde el fotoperiodismo como su obra más artística constituyen un legado de extraordinario valor que se debe reivindicar, proteger y exhibir.