Protagonizó el segundo de los ‘Encuentros en La Caseta’ del Colegio de Periodistas de Cantabria
El Colegio de Periodistas de Cantabria ha sido uno de los anfitriones del reportero salvadoreño Carlos Dada (Lovaina, 1970) que ha visitado Cantabria para alertar sobre las amenazas a la libertad de prensa por parte del Gobierno de El Salvador, presidido por el populista Nayib Bukele, que está produciendo un “exilio silencioso” de la sociedad civil.
Fundador y director del periódico El Faro y ganador del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, Dada ha protagonizado un encuentro con periodistas cántabros para informar de la situación de los medios de comunicación en su país donde, según advierte, se ha quebrado el estado de derecho.
Reconocido internacionalmente como un experto en periodismo de investigación, Carlos Dada ha referido las presiones, intimidaciones y amenazas que viene sufriendo por parte del gobierno de su país hasta el punto de que 22 de los 30 periodistas de El Faro han sido investigados con el sistema Pegasus. Durante 167 días tuvieron acceso a su teléfono, a su micrófono y a su geolocalización. Estuvo infectado año y medio y lo activaron 167 días. «No soy un terrorista, soy un periodista”, ha reivindicado ante sus compañeros cántabros.
La presencia de Dada en Santander el miércoles 18 de mayo ha coincidido con la publicación de una información exclusiva que demuestra con audios que los 87 cadáveres que en un fin de semana aparecieron en las calles de su país fueron la reacción de la mara Salvatrucha-13 (MS-13) ante la ruptura del pacto secreto que el Gobierno de Bukele mantenía con la pandilla.
Para publicar esta exclusiva cuatro periodistas de El Faro han tenido que salir del país, por miedo a las brutales represalias judiciales que les podría generar tras el brutal endurecimiento de las penas contra los informadores y la inseguridad jurídica del país sin magistrados neutrales y con las cárceles saturadas por las detenciones masivas sin mandato judicial.
“Lo que me mantiene fuera de la cárcel es el apoyo de mis compañeros desde distintas partes del mundo que lanzan el mensaje al gobierno de mi país que ir a por mí tiene un costo político más grave del que se pueden permitir», expresa el periodista salvadoreño.
La gira internacional de Carlos Dada para denunciar esta situación, y en la que se ha enmarcado este encuentro con los periodistas de Cantabria, tiene por objeto contar lo que está sucediendo, informar a las instituciones y a la sociedad de la situación en El Salvador. “El futuro de El Salvador o de Centroamérica no es mi responsabilidad. A mí lo que me toca es contarlo. Lo que hagan ustedes con esa información es cosa suya”, advierte.
Dada ha reivindicado, además, el género de la crónica latinoamericana al que medios como el suyo han devuelto a la primera plana. En este sentido, considera que el periodismo “no es estar a la hora correcta en el sitio correcto, sino entender y relacionar”.
En relación a los nuevos canales de difusión y las redes sociales, el fundador de un periódico digital “que nació antes que Google”, estima que “no se puede perder el ADN del periodismo por subirse al tren de la moda”. “Twitter es un espacio para leer las cosas más interesantes y las mayores tonterías, y todas conviven en la misma jerarquía”, denuncia. Por ello, dice que los periodistas también estamos en la necesidad de educar lectores para que sepan distinguir entre buenas y malas informaciones.
Respecto a la batalla épica que lucha por mantener su derecho a la libertad de prensa con la amenazade un gobierno que se inventa acusaciones contra su persona, responde que “es lo que toca” y recuerda que como dijo Monseñor Romero cuando la mayor parte de la gente no tiene voz “los que tenemos un micrófono estamos obligados a hablar por ellos”.
El periodista salvadoreño, que durante los últimos meses viaja de país en país para defender la libertad de prensa gracias a la solidaridad internacional, reconoce que denunciar una cosa y ver que el mundo no cambia puede resultar frustrante. Pero esta circunstancia no desanima a la redacción de El Faro.
Segundo ‘encuentro en La Caseta’
La iniciativa ‘Encuentros en La Caseta’ del Colegio de Periodistas de Cantabria tiene como objetivo compartir vivencias periodísticas y acercarse a reconocidos profesionales de la información. Así, en este foro, concebido como un espacio de diálogo y reflexión participativo, los colegiados podrán escuchar y preguntar a sus protagonistas. La Caseta de Bombas, un edificio histórico situado junto al dique de Gamazo de Santander y reconvertido en espacio cultural y gastronómico, es el escenario de estos encuentros, cuyo primer participante fue David Jiménez, columnista de The New York Times y exdirector del periódico El Mundo.
En el caso de Carlos Dada, su visita a Santander y este encuentro con los miembros del Colegio se enmarca dentro un viaje institucional para alertar sobre las amenazas contra los medios independientes y periodistas en su país propiciado por el proyecto ‘Por la libertad de prensa, el acceso a la información y la democracia en El Salvador’, financiado por la Unión Europea, liderado por el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y desarrollado por la Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP), la Asociación de Periodistas Salvadoreños y la Federación Internacional de Periodistas (FIP)
Una carrera de prestigio
Carlos Dada es un cronista excepcional de la memoria de su país. Con él nació en 1998 en San Salvador el diario digital El Faro, seis años después de la firma de los acuerdos de paz que acabaron con más de una década de guerra y cerca de 100.000 personas muertas y miles de desaparecidas. Tanto su fundador como el periódico que dirige son reconocidos internacionalmente por su labor informativa en favor de los procesos contra la corrupción y la impunidad y en defensa de los derechos humanos en toda Latinoamérica.
Del periodista destacan sus investigaciones sobre las negociaciones entre el Gobierno salvadoreño y las pandillas para rebajar la violencia en las calles, a cambio del traslado de los líderes a prisiones con menor seguridad. Ampliamente difundida fue su crónica sobre los últimos días de Monseñor Oscar A. Romero, donde denunció los detalles del asesinato del arzobispo de San Salvador, perpetrado en 1980 por un escuadrón de la muerte. El asesinato del “cura de los pobres” escaló la represión y recrudeció la guerra civil. Actualmente, Carlos Dada trabaja en el desarrollo de una estrategia de internacionalización del diario como un mecanismo de protección frente a las amenazas y ataques de las instituciones de su país.
A lo largo de su carrera ha obtenido importantes galardones, como el Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en 2016, un Knight Fellow de la Universidad de Stanford, o el María Moors-Cabot de la Universidad de Columbia. Actualmente escribe un libro sobre escuadrones de la muerte en El Salvador, con el apoyo del Centro Cullman para Escritores de la Biblioteca Pública de Nueva York y su periódico ha recibido el Premio Latinoamericano de Derechos Humanos de WOLA.